Un estado indio falló el miércoles que siete hombres que cumplen cadena perpetua por el asesinato en 1991 del ex primer ministro Rajiv Ghandi sean puestos en libertad porque han pasado más de 20 años en la cárcel.
Enseguida llovieron las críticas a la decisión del estadio de Tamil Nadu, donde cumplen sus sentencias, por considerarla un intento de conquistar a los votantes tamiles en las elecciones nacionales de este año.
Rajiv Gandhi murió asesinado por un atacante suicida tamil en mayo de 1991 mientras hacía campaña para volver a ser primer ministro. Tenía 47 años. En el ataque murieron otras 17 personas, incluido el atacante.
El gobierno federal debe aprobar la decisión estatal antes de que los individuos sean puestos en libertad. Pero Jayaram Jayalalitha, la primera ministra de Tamil Nadu, dijo que solo aguardará tres días.
"Si el gobierno federal no responde en tres días, los pondremos en libertad por nuestra cuenta", dijo a la legislatura estatal.
Rahul Gandhi, hijo de Rajiv Gandhi y vicepresidente del Partido del Congreso, criticó la decisión estatal.
"Si alguna gente puede matar al (ex) primer ministro y después quedar en libertad, ¿de qué modo la gente común podrá recibir justicia en este país?", se preguntó.
La madre de Rahul Gandhi, Sonia Gandhi, dijo en 1999 que nadie debía ser ahorcado en el caso.
El asesinato fue orquestado por los rebeldes Tigres del Tamil, de Sri Lanka, por la decisión de Gandhi de enviar soldados indios para intervenir en la guerra civil cingalesa en los años 80.
Aunque los condenados han concitado el odio de gran parte de los indios, muchos tamiles en el sur creen que fueron involucrados en un complot del que sabían poco o nada. El pueblo de Tamil Nadu tiene firme afinidad con los tamiles que viven en el norte de Sri Lanka.
A unos tres meses de las elecciones, dos poderosos partidos estatales encabezados por Jayalalitha y su rival, Muthuvel Karunanidhi, están ávidos de ganar el apoyo de los tamiles partidarios de los separatistas en Sri Lanka.
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